Dia 19 de marzo de 1493

Carta del duque de Medinaceli

Carta del duque de Medinaceli. Detalle
En este día, 19 de marzo de 1493, en Cogolludo el duque de Medinaceli daba cuenta mediante carta al Cardenal Mendoza de la llegada de Colón a Lisboa. Es el primer documento escrito del Descubrimiento de América. El Almirante, llegado a la costa portuguesa, tras salir airoso de una gran tempestad frente a la Roca de Sintra los días 13 y 14 de marzo, en la que estuvo a punto de naufragar, escribió tres cartas dando la noticia del éxito de su ida y vuelta a las Indias por occidente. Una iba dirigida a Luis de Santángel, maestre racional; otra a Gabriel Sánchez, tesorero de los Reyes Católicos, y la tercera al duque de Medinadeli, que estaba en Cogolludo. Las dos primeras llegaron a su destino después de la de Cogolludo, pues la Corte estaba en Barcelona en esas fechas. Además de dar la noticia del regreso, el duque de Medinaceli afirma en esta carta que ha tenido en su casa a Cristóbal Colón durante mucho tiempo, y más adelante dice que lo tuvo durante dos años. Todo ello sin haber conseguido nada, pues ni siquiera había sido admitido su proyecto en la Corte.
El documento se encuentra en el Archivo Histórico de Simancas. En el detalle, al final de la última línea, se lee: en la my villa de cogolludo, a diecinueve de marzo. Luis (de la Cerda)
¿Por qué se dirigió al duque de Medinaceli? Porque éste conocía su identidad (hijo de doña Aldonza de Mendoza, duquesa de Arjona) y primo carnal del Cardenal Mendoza, y esa era la razón por la que le retuvo en su casa dos años antes del viaje a las Indias por una nueva ruta.
Ver toda la historia en la publicación «Don Cristóbal Colón, Almirante de Castilla»

Toma de imagenes para TV Castila-La Mancha

Toma de imágenes para TV Castilla-La Mancha (copia) (1)Toma de imágenes para TV Castilla-La Mancha(33)El día 2 de marzo se han tomado imágenes en Cogolludo (Guadalajara), para dar a conocer la tesis de Colón castellano y noble, y se emitirán el día 28 de este mismo mes a las 17,15 horas en el canal de televisión de Castilla-La Mancha. Mostramos aquí algunos momentos de la grabaciónToma de imágenes para TV Castilla-La Mancha(28)

Un lenguaje monacal

El Almirante utiliza a menudo, y con naturalidad, expresiones que se usan en los monasterios. Para referirse a las horas del día lo hace de la manera siguiente:… a hora de tercias; … a hora de completas, … a hora prima; … a hora de vísperas… También da cuenta con frecuencia del santo del día, y así dice en su diario de a bordo: víspera de San Juan y San Judas; entró en un puerto grande y le llamó puerto de Santa Catalina, por ser sábado aquel día y su víspera (24 de noviembre de 1499). En nuestra obra demostramos que su formación la obtuvo en uno o varios de los monasterios jerónimos de la época, estando éstos en lugares tan vinculados a la vida del Descubridor en Lupiana (Guadalajara), que era la casa fundacional y Guadalupe en España; y en Italia los de Santa María del Santo Sepulcro, en Florencia; en Génova y Siena, el de Génova fundado por el jerónimo Fray Alonso, que antes auia sido Obispo de Iaen en España (se refiere a Alonso Fernández Pecha) y todos los monasterios fueron dotados de monjes procedentes del de San Bartolomé de Lupiana.

Además de demostrar que la formación del Almirante es monacal, se le puede vincular a cualquiera de estos lugares, que consta los conocía o estuvo en ellos.

 

Barloventeando

mar picadaLos días 15 y 16 de febrero de 1493 siguió el Almirante luchando con un mar de olas altas que llevaban de un lado a otro a las dos carabelas, Pinta y Niña, con peligro de naufragio para ambas. Avistaron a lo lejos, ya de noche, unas candelas y los pilotos y marineros pensaron que eran tierras de Castilla, en tanto que el Almirante pensaba en los Azores, como así fue, llegando a la isla de Santa María el día 18 de febrero, lunes. Y dijo la gente de la isla que jamás habían visto tanta tormenta como la que había hecho los quince días pasados y que se maravillaban como habían escapado. Aquí demuestra Colón que era un buen navegante, pues, en contra de lo que opinaba el resto de la tripulación, fue el único que acertó en la posición en la que se encontraban, cerca de los Azores, y no en la costa portuguesa.

14 de febrero de 1493

Este fue un día determinante para la finalización con éxito del regreso a España de las carabelas Niña y Pinta. Se embraveció la mar con grandes olas que las envolvían y amenazaban con hundirlas. A pesar de que entre ellas hicieron faroles toda la noche, la Pinta desapareció de la vista de la Niña, en la que iba el Almirante. Ante el peligro de desaparecer y que no se conociese que habían encontrado una nueva ruta para llegar a las Indias por Occidente, el Almirante tomó un pergamino y escribió todo lo que habían encontrado; lo envolvió en un paño encerado y bien atado, e introduciéndolo en un barril, lo echó al mar. También este día ordenó que se echase un romero que fuese al monasterio de Guadalupe. Para ello grabó un garbanzo con una cruz, lo introdujo con otros sin grabar en un bonete y sacó él el primer garbanzo, siendo éste el que asignaba a la persona que había de cumplir el voto si salían con bien de aquella terrible tormenta. Seguro que esa noche cantaron los marineros la salve, como solían hacer a diario, con más fervor que nunca. El relato completo se puede leer en el diario de a bordo del Almirante en ese día. El barril arrojado al mar no se sabe que apareciese nunca, y si así lo hizo, se desconoce quién fue su receptor

El río de Oro

El día 8 de 1493, «el Almirante entró en la barca y fue al río, que es allí junto, hacia el Sureste del Monte-Cristi una grande legua, donde iban los marineros a tomar agua para el navío, y halló que en la arena de la boca del río, el cual es muy grande y hondo, era diz que toda llena de oro, y en tanto grado que era maravilla, puesto que era muy menudo» … «Puso el Almirante al río Río de Oro» (del diario de a bordo. martes 8 de enero)

«Pero todavía creo que mucho dello debía ser magasita, porque allí hay mucha, y pensaba quizá el Almirante que era oro todo lo que relucía» (de la Revista Geográfica Española num 63. Madrid 1977)

Importante reunion en Madrid

El viernes 15.01.2016 tuve la satisfacción de conocer a uno de mis lectores americanos. Se trata de don Gustavo Blanco Uribe, a quien llegó el libro Don Cristóbal Colón, Almirante de Castilla a través de su esposa, que lo adquirió en la Feria del Libro, en Madrid. Al llegar a la capital de España, procedente de Caracas,12549096_10208105507532789_3090369673480481160_n[1] se puso en contacto conmigo para hablar de la tesis de Colón castellano.

Departimos, frente a un café y una cerveza, durante casi dos horas. Me sorprendió el conocimiento que tiene del Almirante y de la época de los descubrimientos, y llegamos a la misma conclusión; el Cristóbal Colón que nos han presentado los historiadores como marino, tratante de paños y vinos, que nos dicen es genovés, no se corresponde con el hombre culto, inteligente, humanista y emprendedor que conocemos a través de la investigación de Ricardo Sanz García.

Me alegra comprobar que se pueden hacer amistades con personas a quienes se acaba de conocer a través de una obre escrita. Puedo decir que ya tengo un magnífico embajador en Caracas de la tesis de mi padre. Gracias, don Gustavo.

 

28 de noviembre de 1493. Un día triste para el Almirante

El día 28 de noviembre de 1493, Cristóbal Colón, en su segundo viaje, llegó con sus hombres al lugar en el que habían construido, con los restos de la Santa María, un fuerte para protegerse de las posibles agresiones de las tribus que ocupaban los territorios de la zona. El escenario que se encontraron fue el de todos sus hombres muertos al haber sido atacados por los nativos. Entre ellos se encontraba un Mendoza de Guadalajara al que desde aquí recordamos y le rendimos los honores que se merece.

Con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, se reeditó por AACHE ediciones un texto, que hecho en el año 1919 bajo la dirección de D. Gabriel Vergara Martín, corresponde a un acuerdo del Claustro de Catedráticos del Instituto de Guadalajara en septiembre de 1919, para celebrar la Fiesta de la Raza, por el que se solicitó que se aportara por parte de los alumnos del Instituto y los demás Centros Oficiales de enseñanza una sucinta relación de los naturales de la provincia de Guadalajara que se distinguieron en América.

En dicha relación figura, en primer lugar, don Diego de Mendoza. El texto dice así:

«DIEGO DE MENDOZA: Natural de Guadalajara, que fue con Cristóbal Colón en su primer viaje a América, sin que se tenga otra noticia de él, que la de que se quedó allí, cuando regresaron a la península los expedicionarios el 16 de enero de 1493, siendo uno de los 43 hombres que dejó el descubridor mandados por Diego de Arana, todos los cuales perecieron en luchas intestinas a manos de los caciques Mayreni y Caanabó, que destruyeron el fuerte de Navidad que habían construido para su resguardo»

De nuevo un Diego y un Mendoza guadalajareños en la misma persona, compartiendo el viaje del descubrimiento de un Nuevo Continente con el Almirante don Cristóbal Colón, e incluso dando su vida en la defensa de las nuevas tierras conquistadas.

Firma de libros en Librería Neblí/Troa

En la Librería Neblí/Troa, de Serrano 80, en Madrid, hubo una firma de libros, patrocinada por Bodegas Finca Rio Negro, el pasado día 21 de noviembre. Agradezco la atención recibida de doña Rocío Ruiz, directora de la librería, de sus colaboradores, y de don José Manuel Fuentes, que nos obsequió con una cata de vino de la cosecha del año 2011Firma de libros en Troa(2) reducido Firma de libros en Troa (14) reducido Firma de libros en Troa(4) reducido

Conferencia en Espinosa de Henares

Algunos de los asistentes, al finalizar el acto, se hicieron esta foto de recuerdo

En el Centro Cultural de Espinosa de Henares (Guadalajara), lugar de nacimiento de Cristóbal Colón, se ha presentado el ibro «Don Cristóbal Colón, Almirante de Castilla», al que han asistido un grupo de personas que son usuarias habituales de la biblioteca del centro. Tras escuchar al conferenciante y autor de la obra, Alfonso C. Sanz, se ha producido un interesante coloquio, alargando el acto por un tiempo de dos horas. Las responsables del acto han pedido a Alfonso que vuelva en un fin de semana para que puedan asistir más personas interesadas que residen en otros lugares a diario, y que deben conocer de primera mano la historia del nacimiento del Almirante.