LA VUELTA A COGOLLUDO DE LOS RESTOS OSEOS DE LA SEPULTURA DE SANTA MARIA
Cogolludo acoge una conferencia sobre los restos hallados en la iglesia de Santa María
El investigador Alfonso C. Sanz Núñez presentó en Cogolludo su conferencia “La vuelta a Cogolludo de los restos óseos de la sepultura de Santa María”. Aunque ya sabemos con certeza que Cristóbal Colón no está enterrado en Cogolludo, la villa guarda una relación documental comprobada con el Descubrimiento de América gracias a la llamada Carta de Cogolludo de 1493. Esta conexión, unida a la conocida tesis alcarreña sobre su posible origen en la provincia de Guadalajara, mantiene viva la huella del Almirante en la historia local.
Cogolludo. 27 de octubre de 2025. El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Cogolludo acogió este fin de semana la conferencia titulada “La vuelta a Cogolludo de los restos óseos de la sepultura de Santa María”, impartida por el investigador e historiador Alfonso C. Sanz Núñez, en la que se repasaron las claves del proyecto científico y las motivaciones que llevaron, hace más de cuarenta años, a la exhumación de una sepultura vinculada a la llamada tesis alcarreña sobre el origen de Cristóbal Colón.
Durante su intervención, Sanz recordó que los primeros trabajos de exhumación se realizaron en 1983, dirigidos por su padre, Ricardo Sanz García, y continuados en 2019 con nuevos análisis en la iglesia de Santa María de Cogolludo, donde —según esta línea de investigación— podrían reposar los restos de doña Aldonza de Mendoza, madre del Almirante según la teoría defendida por el propio profesor Sanz. “Desde 1983 andamos tras los restos de Cristóbal Colón y de su madre doña Aldonza de Mendoza. Aquella búsqueda nos llevó a participar en proyectos internacionales de análisis genético que se han prolongado hasta hoy”, explicó el investigador.
Sanz relató cómo, a comienzos de los años 2000, se puso en contacto con el doctor José Antonio Lorente, catedrático de Medicina Forense de la Universidad de Granada, y con el profesor Marcial Castro, de la Universidad de Sevilla, para colaborar en el Proyecto Colón ADN, destinado a comparar restos óseos hallados en distintos lugares de España y Portugal con los conservados en la Catedral de Sevilla.
En su exposición, el profesor detalló que los restos devueltos recientemente a Cogolludo proceden de una sepultura donde se pensaba que había dos o tres individuos, pero en la que finalmente se identificaron fragmentos correspondientes a cinco hombres, cinco mujeres, dos niños y dos fetos. Entre ellos, “uno de los varones presentaba signos de sífilis y otro un traumatismo craneal que pudo causar su muerte”, señaló el investigador. “No sabemos todavía a quién pertenecen exactamente esos restos, pero sí podemos afirmar que Cristóbal Colón no está enterrado en Cogolludo, aunque podría encontrarse aquí su madre, doña Aldonza de Mendoza”, subrayó Sanz. Para confirmarlo, se deberían cotejar estos restos con los de la familia Mendoza que se hallan en la ciudad de Guadalajara.
Los restos analizados en la Universidad de Granada descansarán en una “sepultura seca” de donde fueron exhumados, asegurando que las condiciones ambientales no dañen el material en caso de futuros estudios. Van almacenados en cuatro cajas, aisladas tanto en su interior como exterior, y cada una porta un inventario de los fragmentos incluidos. En el Archivo Parroquial se dejará constancia del resultado del análisis, realizado sobre un total de 442 huesos y cinco fragmentos de fauna. La tierra que cubría la sepultura ha sido devuelta a su lugar, y se conservarán muestras en la iglesia para posibles análisis edafológicos futuros.
El conferenciante quiso también aclarar que el debate científico sobre el origen de Cristóbal Colón sigue abierto, pese a que las pruebas genéticas confirman que los restos de la Catedral de Sevilla corresponden al descubridor. “La genética demuestra dónde están sus huesos, pero no quién fue ni de dónde procedía. Y esa sigue siendo la gran incógnita”, afirmó, insistiendo en que la tesis alcarreña aporta argumentos documentales y contextuales de gran interés que merecen seguir siendo estudiados.
Sanz repasó los fundamentos de dicha tesis, según la cual Colón habría nacido en Espinosa de Henares (Guadalajara) el 18 de junio de 1435, fruto de la relación entre Aldonza de Mendoza, duquesa de Arjona y señora de Cogolludo, y un marino genovés conocido como Cristóbal Genovés, a quien la duquesa menciona en su testamento con un legado de trece mil maravedíes. El historiador defiende que el futuro Almirante habría sido confiado al prior del Monasterio jerónimo de San Bartolomé de Lupiana, donde recibiría su formación inicial.
“La historia de Colón no puede entenderse solo desde el punto de vista geográfico. Una cosa es dónde nace una persona, otra dónde muere y otra dónde se le entierra. Lo importante es reconstruir su identidad y las circunstancias que quisieron ocultarla”, apuntó el profesor.
Aunque la conferencia no abordó directamente la conocida como Carta de Cogolludo, Sanz recordó la relevancia de este documento histórico, conservado en el Archivo de Simancas, que vincula de forma indiscutible a la villa con la historia del Descubrimiento de América. Fechada el 19 de marzo de 1493, esta carta —en la que el duque de Medinaceli, Luis de la Cerda, informa al cardenal Mendoza del regreso de Colón, con su llegada a Lisboa— constituye una de las primeras referencias escritas del hallazgo del Nuevo Mundo, y prueba la estrecha relación del Almirante con los señores de Cogolludo.
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