CRISTÓBAL COLÓN. Una historia por completar.
Carlos III. Editorial: En la Imprenta de Nicolás Moreno. Granada. 1783 Cédula de Carlos III
En mi último libro, una de las posibles razones por las que Colón no quería dar a conocer su identidad, es su origen humilde, pues afirmamos que era hijo de doña Aldonza de Mendoza, duquesa de Arjona y Señora de Cogolludo (entre otros títulos nobiliarios), y de Cristóbal Genovés, un personaje desconocido a quien deja en su testamento 13000 maravedíes.
La nobleza no aceptaba que los grandes títulos vacasen a personas de clases sociales inferiores.
El nacimiento condicionaba al individuo de por vida, por lo que sus antecedentes familiares étnicos o religiosos eran tenidos siempre en cuenta, y difícilmente la nobleza facilitaría el ascenso social de otras personas de estatus inferior.
El Descubridor estaba en este caso, al proceder su padre de una clase social baja, como la que Carlos III, por la Real Cédula que exponemos aquí, libera a quienes ejercían oficios manuales de esta norma, para que puedan ascender, a partir de su entrada en vigor, a una escala social superior.
“El trabajo dignifica al hombre] Real Cedula de S. M. por la qual se declara, que no solo el Oficio de Curtidor, sino también las demas Artes y Oficios de Herrero, Zapatero, Carpintero y otros a este modo, son honestos y honrados; y que el uso de ellos no envilece la familia, ni la persona del que los exerce, ni la inhabilita para obtener los empleos municipales de la república en que esten avecindados los Artesanos o Menestrales que los exercen, con lo demás que se expresa”.
Dada en el Pardo a 18 de marzo de 1783.